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NOTICIAS DESCONOCIDAS SOBRE FRANCISCO  
IGNACIO DE  LARDIZABAL

Nacido y fallecido en Zaldibia a los 49 años (1806-1855), La es sobradamente conocido en la historia de la literatura vasca por su «Testamentu zar eta berrico condaira». Lo es menos por su «Gramática vascongada», de la que quedan raros ejemplares. Sabíamos de una Historia de San Miguel in Excelsis de Aralar, sin que se llegara a imprimir. Según Beláustegui, constaba la obra de un crecido número de páginas, teniéndola ya puesta en limpio y con la aprobación eclesiástica y que contenía --según el autor citado-- datos interesantes para la historia del santuario de Aralar, algunos muy raros y curiosos, mezcla de tradición y leyenda, que hacía agradable y entretenida su lectura.

También habla Beláustegui «de otras obritas de menor importancia como son novenas, devocionarios, etc., etc., pues son bien conocidas del público», y algún autor cita «María Santisimaren amodio ederraren novena», de 65 págs. Hoy es el día en que nos son completamente desconocidas estas obras. Todo ello nos indica que Lardizábal trabajó mucho, siendo autor prolífico para la temprana edad en que falleció por el cólera-morbo.

Las Actas o Registros de las Juntas Generales de Guipúzcoa, que constituyen una verdadera mina de noticias, nos vienen ahora a desvelar otros trabajos desconocidos de Lardizábal, que no se llegaron a publicar, perdiéndose lamentablemente. Así en «Registro de las Juntas Generales celebradas en Mondragón desde el día 2 al 8 de julio de 1853» (dos años antes del fallecimiento de Lardizábal) leemos lo siguiente: «La Junta se enteró con agrado del estado de adelantamiento en que se encontraban las obras que por encargo de la Provincia estaba trabajando el Sr. D. Francisco Ignacio de Lardi- zábal, presbítero beneficiado de la iglesia parroquial de Zaldibia, sobre la lengua bascongada; por cuya razón y para que le sirviese de estímulo en la continuación de sus tareas literarias, acordó que se le diera a entender la satisfacción con que se había llegado a saber el famoso empeño con que se dedicaba al estudio de la lengua vascongada con el objeto de escribir una gramática, un diccionario doble y una obra que sirviera de texto para la traducción del vascuence al castellano, no dudamos que continuará con aquella constancia que la Provincia se prometía de su celo y claro talento».

De modo que tres eran los encargos que Lardizábal había recibido de la Diputación 1°) Una Gramática; 2°) un diccionario doble y 3°) una obra que sirviera de texto para la traducción del vascuence al castellano. Se nos dice también que estas obras las tenía muy adelantadas. En 1855 y bajo su dirección se estaba imprimiendo la Gramática. De las dos restantes no teníamos noticia. ¿A dónde fueron a parar? Sin duda se perdieron entre tantos papeles que se quemaron a la muerte de su hermano, también sacerdote, José María, ocurrida en 1894, aunque la quema sucediera en los primeros años del siglo presente. Rastreando noticias de esa época, siempre me ha llamado la atención el fervor y el entusiasmo de la Diputación de Guipúzcoa en pro del vascuence. Recuérdense también los encargos a Iztueta, Iturriaga, etc., etc. En medio de guerras y de dificultades, no cabe dudar que es una época áurea para las letras vascas la que transcurre desde 1820 a 1860.

Ramón de Guereca, secretario de la Diputación, en el prólogo a la Gramática vascongada de Lardizábal, escribe que la desaparición del autor dejó «un gran vacío entre los aficionados a esta clase de obras y causando un profundo dolor a los muchos amigos que tenía en el país y que le apreciaban sobre manera por su bello carácter y por los raros conocimientos que poseía en su lengua nativa».

Pruebas de esta estima y afecto las encontramos en el Registro de las Juntas Generales celebradas en la villa de Deva el año 1857, Caja General --año foral de 1856 a 1857-- en la sección correspondiente al capítulo de «entradas y salidas», pág. 22. En Gastos extraordinarios, está el siguiente asiento: «Id, a los herederos del finado D. Francisco de Lardizabal, presbítero beneficiado que fue de la Iglesia Parroquial de Zaldibia, como una muestra de reconocimiento al mérito que contrajo, dando a luz la Gramática vascongada y Compendio de la Historia Sagrada en vascuence 4.000 Rs. vellón».

«Id. a Don Ignacio Ramón Baroja por la impresión de dicha Gramática vascongada 5.000 rs. vri.».

«Id. a D. Andrés Gorosábel, impresor de esta Diputación por los jornales de dos auxiliares empleados durante cien días en la impresión de dicha Historia Sagrada, escrita en vascuence por D. Francisco Ignacio Lardizábal, con inclusión Rs. vn. 1.000 por vía de gratificación al mismo impresor 3.000 rs. vn.».

Teniendo en cuenta que no se acostumbraba subvencionar la publicación de libros, es fácil deducir el aprecio en que era tenido Lardizábal.

José Garmendia Arruebarren